lunes, 8 de mayo de 2017

¿ESTÁS A DIETA DE AMOR?


Detrás de todo exceso de peso existe una gran ‘carencia’ de aquello que de verdad nos alimenta: de amor en general y, más concretamente, del propio o autoestima. Se come compulsivamente para ‘tapar’ algo (trauma, decepción, desilusión, enfado…), ‘compensar’ alguna carencia afectiva o para esconderse (la gordura actúa a modo de barrera defensiva y/o protectora). 


En la sociedad actual, tan falta de amor propio, -aunque parezca un contrasentido pues el hedonismo y el narcisismo campan a sus anchas en la psique humana-, el consumismo, incluida la comida, es la ‘fuente principal’ o sucedáneo ideal para el ‘hambre de amor’. Las relaciones ya sean sentimentales, familiares, personales… suelen ser relaciones disfuncionales (codependientes) que se establecen en base a las carencias y no a la plenitud, madurez psicológica o buen nivel de ‘inteligencia emocional’; y/o caóticas  (ganar dinero, mantener el status… priman más que educar y crear familia). Dado que ninguno se deja a sí mismo a la puerta de la oficina, las relaciones laborales no se libran de ésta contaminación: cada mañana entramos con los ‘conflictos irresueltos’, echándoselos en cara a los colegas al más mínimo amago de ‘hostilidad’ que usamos como oportunidad para ventilar demonios interiores. ¿Todo exceso de peso amaga un conflicto, carencia o trauma? Eso parece.  Tuve en consulta a una mujer (era profesora de yoga) con exceso de peso. Mediante la PNL (Programación Neuro Lingüística) descubrimos que comía en exceso porque ‘no quería ser atractiva para los hombres’. Toda conducta errónea alberga un ‘possitive intent’ (intención positiva: hacemos lo que hacemos porque nos proporciona un ‘algo’ que nos es útil). En este caso, mantener su ‘defensa’ y ‘sentirse a salvo’. ¿Por qué y para qué le era necesaria ésta? Sufrió abusos sexuales en la infancia. En los casos por mí conocidos de otras mujeres, la comida actuaba como compensación de la ausencia de amor o de los abusos psicológicos de la madre, y la terapia cognitivo-conductual no solucionó su ‘conflicto’ pues la conducta es tan sólo el reflejo de un drama más profundo. Para erradicar el síntoma, hay que sanar la ‘causa’. Cada persona tiene sus ‘razones’ en base a las cuales necesita que su ‘armadura’ (gordura) siga protegiéndola. Aunque, lamentablemente, le asfixie la vida.



PD: Te invito a leer esta entrevista... (copia y pega en google):

https://www.fraternidad.com/sites/default/files/descargas-fm/Emprendimiento%20y%20mujer%20con%20Rosetta%20Forner%20-%20mayo%202017.pdf

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